viernes, 15 de agosto de 2014

Oración frente a las caídas


¡Oh Dios mío y Señor mío! ¡Perdóname, he pecado!
mis caídas son innumerables cuando me aparto de ti,
se forman heridas indescriptibles dentro de mí,
el maligno me tiene sujetado con cadenas gruesas y largas,
me zarandea de un lado a otro y me arrastra para que caiga en desesperación.

¡Oh mi Señor! rompe esas cadenas que me atan al abismo,
mi alma se vacía de ti con peligro de caer en perdición,
sabemos que nuestras súplicas a veces no son de tu agrado
cuando hay manchas en nuestro corazón irreverente 
y el olor de nuestros pecados te son tan repugnantes. 

¡Oh Padre de amor! No tenemos holocaustos o sacrificios,
como te ofrecieron nuestros primeros Padres de la antigüedad;
solo te ofrezco un espíritu quebrantado por el dolor de mis pecados,
un espíritu humillado por la dureza y terquedad de mi corazón
y un sincero arrepentimiento por tanta maldad cometida.

¡Oh mi Señor! ¡Perdónanos!
no permitas que volvamos a caer,
rompe las cadenas con las que el enemigo nos tiene atados,
para que gracias a tu Santa Pasión seamos librados del fuego del infierno. 

¡Te adoramos, Señor, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo!

Amén.

Elaborado el martes, 20 de marzo de 2012

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