domingo, 28 de septiembre de 2014

En el atardecer de nuestra vida


¡Oh Santo Rey celestial! ayúdanos en estos momentos que necesitamos de Ti,
como Tú dijiste:
"Luchad por entrar por la puerta estrecha, porque, os digo, muchos pretenderán entrar y no podrán" (Lucas 13, 24);
Señor, mi Dios, ayúdanos a comprender tus designios en el atardecer de nuestra vida,
ayúdanos a ser fuertes en la soledad de este crepúsculo inminente,
ayúdanos a dejar todas nuestras obligaciones y deberes encaminados,
ayúdanos a meditar, orar y contemplar en este tiempo de espera;
ayúdanos a olvidarnos de nuestra dependencia por los bienes materiales y
sólo inspíranos a interesarnos por los tesoros y gracias celestiales,
pero lo más importantes, ayúdanos a ser mansos y humildes en el amor;
para que nuestro corazón palpite eternamente en el mar de tu misericordia.

Amén.

Elaborado el lunes, 27 de febrero de 2012

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