¡Oh Padre Santo! a veces soy autosuficiente;
pienso que todo lo puedo sin tu ayuda,
¡Qué equivocado estoy! por mi soberbia caigo.
¡Oh Padre amado! arma mi corazón de una viva confianza en ti;
permíteme incrementar mi humildad,
para conocer tu Omnipotencia y Sabiduría
a través de las Sagradas Escrituras.
¡Oh Padre eterno! enseñame a meditar en mis debilidades;
desconfiando absolutamente de mí mismo,
para que finalmente, dirija confiadamente mi mirada:
Al poder, la sabiduría y la bondad infinita de tu Santa Majestad.
Amén.
Elaborado el sábado, 6 de julio de 2013
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