domingo, 21 de septiembre de 2014

Meditación en el Combate Espiritual


¡Oh Majestad divina! eres el centro de nuestra contemplación;
somos criaturas tuyas, que sin Ti ¡No somos nada!
nuestra dependencia a Ti es inseparable e infinita,
nos llamas al combate espiritual en todo momento,
nuestra arma es cargar la Cruz por donde Tú nos guíes,
como buen capitán nos diriges en nuestra propia batalla,
luchando contra las trampas y acechanzas del Demonio,
ofreciéndonos como aliados a nuestra Madre la Virgen María
y su castísimo esposo, nuestro padre San José.

¡Oh Padre eterno! eres la omnipotencia, bondad y amor infinito;
nuestro deseo de imitar a Cristo nos mueve a tener tus sentimientos,
ahondando en la paciencia y la mansedumbre ante los sufrimientos;
La sangre y cuerpo de tu hijo Jesucristo se plasma en la Comunión Eucarística,
que es el arma por excelencia que nos ofreces con santo amor,
y que junto a tu Santísima Pasión nos mueve a tener compasión,
exclamándote en oración: ¡Tuyo es este combate amado Cristo,
y solo esperamos de Ti la victoria de nuestra Salvación!

Amén.

Elaborado el viernes, 12 de julio de 2013

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