son la pureza y fuego de amor ardiente a Cristo,
son los intercesores de la llama de la caridad perfecta,
son los fervientes y atentos servidores de Dios,
que nunca dejan de cantar las alabanzas,
y nunca dejan de proclamar su Santo nombre;
Intercedan junto a los nueve coros angélicos por nosotros,
para que nunca caigamos en las acechanzas del demonio,
sino que con plena confianza en Dios nos ayuden:
a glorificar al Señor por toda la eternidad,
a cumplir los intereses de Jesús sin demoras,
a servir a nuestros hermanos en sus necesidades,
a compartir la fe verdadera con el prójimo,
a rezar siempre por nuestra salvación eterna,
a ofrecer nuestras penas y alegrías al sabedor de dolores;
para mayor Gloria de la Santísima Trinidad:
Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Amén.
Elaborado el jueves, 2 de agosto de 2012
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