amaste la oración y las cosas de Dios con gran fervor,
experimentaste el matrimonio místico con Jesús,
fuiste llamada a la vida activa relacionándote
más con los demás y a servirlos en la virtud.
¡Oh Santa conciliadora de los conflictos!
eres la unión perpetua de tu alma a Dios,
elegiste la corona de espinas y
nos invitas a la Santa confesión
con un buen acto de contrición.
¡Oh Santa amada de Dios! intercede por nosotros;
para cambiar nuestra vida por medio de tu ejemplo de Santidad,
para que seamos dignos de recibir el Bautismo de la Sangre de Cristo,
para aumentar nuestra fe en cada sacramento recibido,
especialmente en el Sacramento de la Confesión
y seamos amasados por el amor de Cristo Redentor para siempre.
Amén.
Elaborado el lunes, 18 de febrero de 2013
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