Por intercesión de Santa María Faustina Kowalska

¡Oh Santa María Faustina! secretaria fiel del Redentor divino;
piadosa desde tierna edad y amiga del corazón solitario,
invitas a las almas a confiar en la misericordia infinita de Dios,
como tú, querida Faustina, deseamos que la Eucaristía nos sostenga siempre;
para que de ella tomemos fuerza, poder, valor y luz en nuestra vida.

¡Oh amada Santa Faustina! que cada respiro y  latido de nuestro corazón 
sea para glorificar la misericordia divina e infinita de Dios, 
para que nuestras manos estén llenas de misericordia y caridad en el amor,
para que carguemos con nuestra Cruz las tareas más difíciles y penosas;
que nuestro corazón sea descanso y complacencia del Santo Dios
y siempre el lema de nuestra salvación sea: ¡Jesús en ti confío!

Amén.

Elaborado el jueves, 4 de octubre de 2012