eres la prisionera del amor por Cristo y María,
que con tu santa sonrisa y exquisita caridad
nos enseñas tu historia heroica de alma enamorada.
Como tú, Santa Teresita, deseamos ser grandes santos;
nuestra impotencia es un obstáculo para amar,
Intercede ante Dios y ofrece nuestras debilidades,
para que el rocío divino de la sangre de Cristo
purifique nuestras almas atribuladas y
que el Sabedor de Dolores nos conduzca a la Santidad.
Enséñanos ese caminito que va directo al cielo,
para rezar sin miedo y lanzarnos a los brazos del Padre;
Ayúdanos hacer de las cosas ordinarias en extraordinarias,
ya que como pobres pecadores te inquieta nuestra salvación,
ayúdanos a conocer la Misericordia y la Justicia de Dios,
otórgandonos la vocación de amar a Jesús y hacerlo amar,
para que la Eucaristía sea nuestra fuerza en todo momento.
Santa Teresita del Niño Jesús, tú dijiste :
“Pasaré el cielo haciendo el bien en la tierra”
Intercede por nosotros para que caminemos
hacia el sendero de autenticidad que revela
el Amor uno y Trino de nuestro amado Dios.
Amén.
Elaborado el viernes, 28 de septiembre de 2012
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